2015, el año que todo cambió

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En septiembre de 2015 los países reunidos en la Asamblea General de Naciones Unidas acuerdan los GlobalGoals1; en diciembre, se vuelven a reunir en Paris, en la COP212, la humanidad parece finalmente haber tomado conciencia de que estamos llevando al límite la explotación de los recursos de la tierra. Se calcula que los desastres naturales producidos por los efectos del cambio climático han ocasionado pérdidas económicas por 2.7 billones de dólares. La degradación del medio ambiente y el crecimiento poblacional nos obliga a cambiar completamente nuestra manera de pensar, y en particular, nuestra forma de hacer negocios.

Estimaciones recientes del Banco Mundial indican que el cambio climático puede llevar a 100 millones de personas más a la pobreza. Esta, es otra llamada de atención sobre el hecho de que no podemos resolver los temas del cambio climático, sin tomar en cuenta las aspiraciones económicas y sociales de los países emergentes.
Los costos del inmovilismo son mayores que los costos de la acción. Unilever, una empresa que tiene presencia en 190 países con 400 marcas, ha demostrado con la entrada en vigor de su Plan de Vida Sustentable (2010) que la sustentabilidad promueve el crecimiento, mitiga el riesgo, reduce los costos y crea confianza.
Esta empresa anglo-holandesa ha puesto a la sustentabilidad en el centro de sus operaciones, cadena de proveedores, innovación y marcas. Para esta, la sustentabilidad es un imperativo moral, pero también económico, veamos por qué: En enero de este año, Unilever anunció el envío de cero residuos a relleno sanitario, ahorrando con ello 200 millones de euros en toda su red de plantas.
Desde 2014, las marcas más sustentables de Unilever crecieron dos veces más rápido que el resto de la organización. En los últimos siete años, los costos evitados gracias a la eco-producción han superado los 400 millones de euros, en donde la eficiencia energética juega un papel importante. En otros ámbitos, sabemos que ha venido innovando para reducir el uso de agua y mejorar los empaques de sus productos, logrando utilizar hasta 70% menos plástico.
A la luz de esta evidencia, el caso de negocio a favor de la sustentabilidad es claro; simplemente no es posible tener una empresa fuerte en un mundo de desigualdad, pobreza y cambio climático. Unilever ha insistido en organizaciones como la ONU, el Foro Económico Mundial, el Consejo Mundial de Negocios para el Desarrollo Sustentable, el B20 y la COP21, entre otros, que las empresas tienen que ser parte de la solución.
Una empresa que llega a 2 mil millones de habitantes diariamente, reconoce la enorme responsabilidad que tiene de hacer y promover el cambio. Muestra de ello es el liderazgo que asumió para que la industria global se comprometa a alcanzar la cero deforestación para el 2020.
En el marco de la COP21, Unilever promovió con el ejemplo, que la industria alcance las cero emisiones de CO2 para el 2050, anunciando que convertirá sus propias operaciones en carbono-positivas 20 años antes que el resto. Estas y otras acciones, llevaron en 2015 a Unilever a ser considerada por quinto año consecutivo como la empresa mejor posicionada a nivel mundial, según el reporte de liderazgo ambiental de GlobeScan. Asimismo, mantiene el liderazgo del sector en el Índice de Sustentabilidad del Dow Jones y su CEO Paul Polman, fue nombrado por las Naciones Unidas como Campeón de la Tierra, en la categoría de Visión Empresarial, por liderar al sector privado hacia la sustentabilidad.
Es importante destacar que Unilever también replica estas acciones en México.
Nuestro país es el 14º mercado para la empresa, lo que nos habla de la importancia que le otorga el conglomerado a México. Sus cinco plantas, el Centro de Distribución, oficinas corporativas y agencias de helados, alcanzaron la meta de enviar cero a residuos a relleno sanitario dos años antes de lo previsto. Con ello, impulsan la economía circular en donde los residuos se convierten en materiales con valor para diversas cadenas productivas.
Respecto a la eficiencia en el uso del agua en las fábricas, en los últimos cuatro años, Unilever México ha alcanzado una reducción de 9%. También cuenta con diferentes proyectos como la recuperación de condensados y el aprovechamiento de agua a través de sistemas de captación de agua de lluvia.
Adicionalmente, ha logrado reducir 24% de las emisiones de gases de efecto invernadero de sus operaciones de manufactura. Mediante la implementación de cabinets sustentables para los helados, reduce aproximadamente 6,500 toneladas de CO2 anualmente.
Con la incorporación en 2014 al Programa de Transporte Limpio Unilever México, espera disminuir el consumo de combustible y emisiones de CO2 hasta un 30%. Esto equivaldría a retirar de la circulación 1,500 automóviles. Aunado a lo anterior, anunciaron el inicio de un plan de sustitución de la flotilla por vehículos híbridos. Un avance relevante será en 2016 la sustitución de la fuente de energía de todas sus operaciones en México por energía eólica, con lo que se espera reducir 30,000 toneladas de CO2 al año.

El liderazgo empresarial en la materia, también se hace patente en nuestro país al ser Fabio Prado, CEO de Unilever México, quien co-preside el Comité de Sustentabilidad de Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMéxico).
Si queremos que 2015 se convierta en el año en el que todo cambió, debemos primero tomar conciencia, después involucrarnos y finalmente asumir nuestra responsabilidad con un compromiso claro en la búsqueda de soluciones, como lo a venido haciendo Unilever. El momento de cambiar palabras por acciones, es ahora. Nunca hubo un mejor momento para crear un futuro mejor.

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